Cuando iniciamos Atelier Couture, teníamos claro que además de dar visibilidad a los Atelieres de Costura españoles, a sus diseñadores, su trabajo y procesos hasta llegar a finalizar sus creaciones, queríamos que los asistentes disfrutasen también de un envolvente ambiente especial, desde su llegada hasta su partida y que la experiencia vivida fuese maravillosa, y por qué no decirlo, nuestro intento era que el recuerdo de su paso por Atelier Couture fuese inolvidable.
Para ello, entre otras cosas, nuestro empeño desde el principio fue también incorporar empresas, atelieres gastronómicos españoles que ofreciesen productos de altísima calidad, elaborados artesanalmente, con mimo y cariño. Huíamos de un catering al uso, tampoco un kissingroom, no era nuestra visión. Queríamos una degustación de productos especiales, mucho más personales, que estuviese alineada con el mismo concepto que ofrecían los diseñadores, pero llevado a la gastronomía.
Pretendíamos trasladar a los invitados asistentes y a los medios de comunicación un concepto, en la que toda su experiencia en Atelier Couture tuviese un hilo conductor. El saber hacer, la gran calidad y el cuidado de los procesos artesanales y controlados del producto español hecho en España con cariño y conciencia.